Alfonso Yonca GonzálezCamerino Z. Mendoza, Ver.- Por lo menos 11 familias de la parte alta de Ciudad Mendoza se encuentran en riesgo de que sus viviendas colapsen por los constantes deslaves en las laderas de los cerros ubicados en la comunidad de La Cuesta provocados por las precipitaciones que continuaran hasta finales de noviembre.
De las 11 viviendas que se encuentran situadas en zona de alto riesgo, sólo una ha sido desalojada hasta el momento, la cual se puede observar desde la parte baja del terreno que los cimientos que la mantenían estable se encuentran al aire sin que ningún montículo de tierra lo soporte.
Dentro de estas viviendas en las que según ya existe un reporte de desalojo a fin de evitar alguna desgracia, se encuentra la Señora María Bernardina Hernández del Carmen, donde habita con sus cuatro hijos y su esposo, quien se dedica a la albañilería.
Al realizar un recorrido pudimos percibir que lamentablemente su casita hecha con maderos, láminas y algunos blocs se encuentra al borde del precipicio, toda vez que la tarde del domingo el terreno se reblandeció por la saturación de humedad generada por las lluvias que han azotado a la región de las Altas Montañas.
Al cuestionarle sobre si las autoridades ya le visitaron dijo que hace algunos dìas fue visitada por la alcaldesa Dulce María Romero Aquino, sin embargo señaló que a pesar de que se encuentran en zona de riesgo, hasta el momento no han recibido ninguna alternativa para evitar que sus viviendas se vengan abajo.
En ese sentido, con lágrimas de impotencia, la señora María Bernardina explicó “se derrumbó mi terreno y mi casa se quedó en el voladero, la alcaldesa vino y nomás me dijo que iba a volver a venir, pero nada, ya no vino, ellos vinieron el miércoles y mi terreno se derrumbó el domingo. Ahora no sé que voy a hacer, porque no tengo dinero y pues me da tristeza, porque no puedo hacer nada”.
Es importante citar que frente al cerro donde habita la familia de doña Bernardina, se encuentran otras viviendas, cuyo terreno se está prácticamente desmoronando conforme pasa el tiempo, aunque ello no sea motivo para que los habitantes abandonen sus predios que los adquirieron con bastante sacrificio.
